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Sarajevo

Hay muchas cosas que me sorprendieron de Bosnia-Herzegovina. Sólo mientras conducía hacia Sarajevo, el propio ambiente parecía crispado y áspero, dolido. Un hábitat herido y desangrado, con casas dispersas y carreteras maltrechas ahí donde la vista era capaz de discernir objetos entre la niebla y la hierba. Era un lugar más bien gris y arrasado, trágico, pero lleno de historia. Hay muchas cosas que nunca olvidaré de Bosnia-Herzegovina, pero, en particular, hay algo que tengo insertado en mi interior, y creo que es algo que jamás olvidaré. La guía hablaba de su país con la misma proporción de orgullo y dolor. Siempre hablaba de “su país” con un cariño especial, con un orgullo sobre su origen, su patria, su vida. Sin embargo, sus ojos azules permanecían vidriosos y ausentes. Durante minutos enteros, se perdían en un punto fijo, quedándose al borde del llanto. Las lágrimas nunca llegaban a rodar por sus mejillas, pero habitaban una mirada dolida e intensa. Esa guía cont

Libre

Este relato lo escribí en el taller de escritura de hace un par de años. Es un relato bastante duro, y no fue fácil ponerme en la piel de un niño soldado. De todas formas, espero que os guste y, al menos, os haga reflexionar. Somos mucho más afortunados de lo que creemos, aunque a veces no seamos capaces de valorarlo... Libre Recuerdo, con emoción, el día en el que maté a mi padre. Desde el principio sabía que iba a ser un buen día; me desperté de buen humor y el sol brillaba alto para reforzarlo. Teníamos provisiones suficientes para aguantar en esa aldea varios días más, y unas chicas me sonrieron cuando pasé a su lado. No era para menos. Somos sus héroes. Somos la revolución. Eso me repetía Makoto, el capitán del batallón 12, al que yo pertenecía. “No dejes que te engañen, Asdull, nosotros luchamos por la libertad”. Mokoto siempre tenía razón. Mi humor mejoró cuando dijeron que habían cogido a un rebelde. Esos cerdos inconscientes no tienen ni idea d

Cementery

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Lo cierto es que esta reflexión la escribí hace más de un mes.  Era el día de Todos los Santos. Acababa de volver de Ljubjana (Eslovenia), y había oído decir que el Cementerio de Zagreb era espectacular. He intentado describir aquel momento, lo que pensé y sentí en aquellos instantes. Es algo bastante personal, pero quiero compartirlo con vosotros. Disfrutadlo. Por fin, había llegado. El cementerio de Zagreb. Le habían recomendado en repetidas ocasiones visitarlo, pero nunca se había presentado la ocasión indicada. Pero esa noche, la noche de Todos los Santos, era el momento perfecto. La puerta del cementerio era una de las más espectaculares que había visto nunca. Todo el cementerio estaba rodeado por un muro enorme e imponente, por donde cientos de plantas trepadoras se aferraban a la piedra y las columnas, cubriéndolo todo de verde, marrón y ámbar. La entrada estaba formada por un patio rectangular al que se accedía por cualquiera de las tres puertas de la verja de hi

"Todo se desmorona"

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes  con personas a las que no convenía hacer esperar. Caminó por el enorme salón de su vivienda, los zapatos nuevos golpeando el suelo de madera a cada paso. La chimenea estaba encendida, y otorgaba un ambiente cálido y acogedor al enorme salón vacío a excepción de algunos muebles de madera de roble y sofás cuajados de cojines. Los enormes ventanales proyectaban una sombra alargada de la mesa de su escritorio y la silla de trabajo. Aedan elevó las comisuras de sus labios hacia arriba, satisfecho de no tener que ocupar esa noche el lugar en aquella silla infernal en la que tantas horas pasaba. No. Esa noche, era para él. Sólo para él. Aedan se giró hacia la chimenea y miró, embelesado, la enorme biblioteca que había reunido durante todos esos años de duro trabajo. Los libros llenaban todas las paredes de aquel salón, y Aedan podría presumir de haberse leído la mayor parte de ellos. Sin embargo, nunca

El poder de un recuerdo

Hoy, más que un relato, se trata de una reflexión. Supongo que todos hemos tenido a una persona que nos hizo mil pedazos y nos obligó a reconstruirnos. Lo desconcertante de estas situaciones es que hay piezas que nunca vuelven a encajar. Algunas, incluso, son desechadas por nosotros mismos. Porque ya no somos los mismos que antes. Estas situaciones, de hecho, nos hacen cambiar de golpe. Pero no por ello hay que tener miedo a caer, o a equivocarse. El sufrimiento pasa. Siempre lo hace. Pero los buenos recuerdos vividos con esa persona, en cambio, permanecen. Claro que duele haber corrido para no llegar. Lo das todo de ti, y luego sientes que no ha servido para nada. Te esfuerzas más de lo que la otra persona jamás sería capaz de imaginar, pero el resultado vuelve a ser nefasto. No te equivoques, no es así. Todos los esfuerzos tienen su recompensa. Y era el camino de esa carrera la verdadera meta, no el destino de la misma. Espero que os guste =) El poder de un r

El hábito de la vejez

Sorry, con la mudanza a Zagreb y la adaptación aquí he dejado el blog de lado.  El relato de hoy lo escribí para el taller de escritura de la uni. El reto era escribir sobre alguien que no encontrase a nadie con quien tomarse una foto. A pesar de que parecía un reto quizás algo abstracto, me quedé sorprendida por la originalidad de mis compañeros. La verdad es que hubo relatos muy, muy buenos. Aquí os dejo el mío. ¡Espero que os guste! =) Marselle caminaba lentamente, ignorando las miradas furtivas que le lanzaban las personas que se entrecruzaban en su camino. Marselle sabía que sus arrugas no estaban bien vistas, que su pulso tembloroso y sus pasos dificultosos entrañaban otra ideología, la pertenencia a otro mundo demasiado lejano ya. Envejecer se había convertido en una opción que todos rechazaban. Bueno, todos menos gente como ella, los cuales eran castigados con el vacío y el desprecio del resto de la ciudad. Otra cosa eran los pueblos. Allí todavía se respetaba

Ophiuchus

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Ayer fui a correr. Se me hizo de noche, y había tormenta eléctrica. El cielo era de un color rosáceo, y los rayos parecían jugar entre ellos para ver cuál era más zigzagueante y brillante. Es ese momento el que me inspiró para escribir el principio de este relato. Es más largo que los anteriores, pero tiene varias características que lo hacen especial. La primera, que ha nacido como respuesta al doble reto impuesto por Diana Arnedo: escribir sobre una conspiración, y hacerlo en menos de dos horas. La segunda, el título. Ophiuchus es la constelación en la que está la estrella que lleva mi nombre. Es muy especial para mí, pero necesitaba un nombre original, un nombre que brillara por sí mismo y que "cazara serpientes". Me pareció adecuado ;) En cuanto al relato, espero que os guste. Es una crítica (algo radical, quizás). He intentado meterme en la mente de quienes tienen opiniones distintas a la mía en algunos temas que ahora están de moda, como los avances tecnológi